Silenciosa es la tarde,
yace, la efímera luz
sobre el mar, dócil,
se extiende en aguas de sal.
Me pierdo en horizontes inciertos,
frágiles como la tarde.
Me entrego a la cuna del mar,
a la placidez de unas horas
que no tardarán en fundirse.
Hipnótica luz al contraste
del mar, belleza extrema.
Sobrecogidos los ojos,
en medio del horizonte,
en busca del sueño.
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